Sobre lecho de vida caramelizada
[#2] [Olga Estecha]


Otros fogones Otras incertidumbres.

Yendo contigo una y otra vez a Fundâo y otra a Alcántara y donde haga falta, si estás cansada, yo conduzco. Olga Estecha es teatrera de la legua y de los nómadas.



Y lo es porque llega a La Albuera y allí se queda un mes para acometer la batalla de mayo. Llega a Aranjuez y despide el final del verano a golpes de tambores y motines mientras recuerda que ha olvidado el móvil en la casina que arrendaron. Llega a Alcántara, siempre Alcántara, y amaina los rigores del calor sin árboles acompañando el rumor de las aguas del Tajo con los versos de Lope de Vega o de Shakespeare, mientras, ya por fin, ha dejado aparcadas las muletas que los médicos le aconsejaron en un rincón del apartamento alquilado

Llega a Canarias y al menos tiene habitación de hotel. Enfrente del parque. Hay pocos días para revisar la fuente y ver hasta dónde nos podemos descalzar. Aquí no, pero en el estanque de Sabatini vamos a pasar frío, mucho frío. Es finales de septiembre y a nadie se le ocurre despelotarse en el agua del Palacio Real por mucha Noche en Blanco que sea y por muy imperial que parezca esa fachada que nos vigila y nos amedrenta.

Llega al Parque del Príncipe con Teo, su perro de toda la vida, y allí espera la caída de la tarde mientras recuerda y memoriza apuntes y ejercicios que habrá de exponer mañana en clase de dirección teatral, o le pregunta a Teo cómo conseguir que se queme el dragón en la Plaza Mayor sin peligro mientras el cuerpo de baile ejecuta la danza de la victoria cristiana. Y a veces espera que su dálmata le conteste.

Hoy anda apurada de tiempo. Esta noche estrena y hay que dirigir luces. En menos de media hora llegan los actores para las últimas pruebas. Y no me deja traerle un bocadillo del bar de enfrente. Ya si eso, esta noche, le daré dos besos cuando acabe la función. Y mañana volveremos a Fundâo.



Oeste. Junio. 2015.



[Otras incertidumbres]

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