Un reportaje de Corredores de Ideas



En el Palacio Real de Sintra, el de las chimeneas cónicas que se divisan desde mucho antes de llegar a la hermosísima ciudad atlántica, entre el laberinto de salas y espacios contiguos que adornan el recinto, se encuentra la Sala das Pegas. Su techo está cubierto de 136 paneles triangulares y dentro de cada uno de ellos podemos ver una urraca pintada. 136 urracas / pegas que el rey don João I ordenó pintar en honor a las tantas criadas que servían en palacio.

Detrás de la razón algo machista que empujó al monarca a vengarse así de su séquito, se esconden una frase (Foi por bem! /Fue para bien!) y una historia de celos y cuernos reales que pronto anduvo de boca en boca de todos y todas los y las que vivían y trabajaban entre las recias paredes del Paço da Vila.



Y es que a veces es un vicio. Los artistas de pro cuando se quieren poner estupendos y cuando buscan que sus piezas hablen entre sí lo llaman Diálogos. César David lo llama Ganas de Conversa. Así, en el modo campechano y rayano que damos a la palabrería, a lo dicharachero, al mezuqueo, a la cháchara, en fin.

Después de la fantástica Ferrospectiva que el escultor extremeño presentó en el Espacio COnvento de Badajoz en el pasado mes de septiembre, César David llega con sus Ganas de Conversa a Mérida, a la Escuela de Arte, una de las grandes naves nodrizas de la creación en Extremadura.

...Citas imposibles de formas asimétricas moldeadas por el autor a modo de demiurgo, haciéndolas hablar entre ellas, dándoles conversa al calor de la chimenea. Figurillas andantes y vivarachas que emergen de la tierra y se elevan en equilibrio danzarín, casi circense, prestos a iniciar el viaje, de noche en noche, de blanco en blanco. Orografía humana, en fin, para arrebatos de la memoria contemporánea....

Ganas de Conversa se puede visitar en la Escuela de Arte de Mérida hasta el 15 de febrero en horario escolar.



Para la inauguración, el 15/01/16, el escultor contó con la colaboración de la cantante Pilar Díez que llevó a cabo una intervención sonora sobre una de las últimas piezas estrellas del creador cacereño.

En Náufragos, de la que ya se ofreció una versión en danza en la pasada Noche en Blanco pacense a cargo de Amelia David, Pilar Díez ofreció un pequeño momento musical contando con la propia escultura como protagonista, como elemento escénico con vida propia.



Evocando estéticas cercanas a la Deleitosa de Eugene Smith o el maravilloso y estremecedor Turbulent de la iraní Shirin Neshat, el Náufragos de Pilar Díez construye a través del luto y la pérdida una metáfora del abandono, del refugiado y de la ausencia obligada. Un canto más a los dos temas eternos. El amor y la muerte. Y el mar de fondo.







[El escultor, la escuela y la (re)conversa]

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Oeste. Enero. Dieciseis. 2016