By Corredores de Ideas



La fotografía que preside esta noticia bien podría haber salido de algún lienzo de Michelangelo Merisi Caravaggio o de algún retrato literario de Pasolini y sus Ragazzi di vita. Salvando las distancias, claro.

Tanto el uno como el otro tuvieron en vida muy mala reputación. Caravaggio se pasó media biografía huyendo por sus problemas con la justicia, de Roma a Nápoles, de Nápoles a Malta, de Malta a Sicilia, y vuelta a Nápoles. La otra media se la pasó pintando y rebuscando en la estética de lo feo, remarcando su talante de pintor maldito, de genio revolucionario adelantado a su tiempo. Gustaba del barrio, del ghetto (aunque no se le llamara así en su momento), de buscar cadáveres y prostitutas para sus modelos.

A Pasolini le mataron en la playa el 2 de noviembre de 1975. Todavía no sabemos por qué. Parecía que lo estaba buscando, dijeron algunos estúpidos. Era un tipo incómodo. Gustaba también del barrio, del proletario, de buscar chaperos y gente de mala vida para sus películas. Y de criticar a los poderosos de un lado y del otro. Muchas veces los protagonistas de sus rodajes eran esos repudiados del arrabal, y lo pagó caro.

La imagen que enmarca esta noticia pertenece, sin embargo, a una captura robada de Tras de mí, un videoclip firmado en arte por Víctor Manuel Botello, en música por Máster Yoda y en presencia y ceremonia por Marco Aranda.

Puede evocar a simple vista esa iconografía tan manida de los malotes del Bronx que ya tanto nos aburre. Perros de mal agüero y peor mirada, cadenas de falso oro o no y esas miradas de estar por encima del bien y del mal son elementos visuales recurrentes.

Pero si te fijas bien y lo sigues con detalle encontrarás otro tipo de poesía. La inocencia neorrealista dibujada en aquellas películas que forman ya parte de la filmoteca emocional. La poesía visual de Los Colorines.

Marco Aranda y Botello no es la primera vez que trabajan juntos. Esperemos que no sea la última. Este Tras de mí se nos antoja como el segundo versículo de una parábola de lo marginal. El segundo retrato de un posible y futuro tríptico gansta.

Meu bairro es tu barrio 2 se grabó en la Quinta do Mocho, el gran barrio estigmatizado de Lisboa, y hoy reconvertido en una gigantesca galería de arte público.

Secundado por conocidos raperos lisboetas, Marco Aranda y Botello trazan una instantánea de cine negro. No faltan, of course, las miradas retantes y chulescas. Miradas sombrías, sin duda.

Pero detrás de toda esta parafernalia callejera, de la estética cinematográfica del Ghetto, Meu bairro es tu barrio abrió la espita para que nos adentráramos en una obra personalísima como la de Marco Aranda, Brosdol, in arte.



Brosdol lleva ya sus años en esto de la rima. Cuenta que de pequeño ya era grafitero y firmaba como Bros. Tuvo que sumarle Dol para no coincidir con un tipo de fuera y de igual firma.

A partir del año 2000 se encuentra con Isayah Thomas y con la gente de La Ene, y comienza con sus propias producciones. De 2005 es su primera maqueta El Progreso en la que cuenta con V.I.K y con el propio I. Thomas.

Tras una parada de 4 años, en 2009 presenta Desde Mi Habitación, compartiendo escenario con algunos de los grandes de la escena rap portuguesa y local, y participando en festivales en Extremadura con V.I.K a los coros.

En 2011 ve la luz 2MIL11 es el año, que marca la progresión definitiva de Brosdol y, por extensión, del rap pacense.

A partir de ahí, entra en nuestra vida cotidiana del Proyecto Cantarrana como un tsunami, y desde aquí seguimos su trabajo que ya pasa por el apoyo visual casi constante.

De 2014 es el clip impagable de Meu bairro 2 al que antes aludíamos, así como Corner, un videoclip de sus colaboradores habituales de Lisboa (Prophecy, Costa…) pero grabado por el propio Brosdol en Badajoz. La conexión Badajoz-Lisboa se agranda y se hace imprescindible. Una colaboración al margen de los cauces oficiales, nacida en las noches de barrio y debajo de los puentes.

El 11 de junio de 2016, de una forma muy natural, según el propio Brosdol cuenta, y rodeado de amigos se graban las imágenes de Tras de mí.

Víctor Manuel Botello, al que también puedes ver firmar como LHÓ Visual, Vizzy Vicks o VizzyFilms , en esa costumbre tan asociada al mundo del hip hop de marear al personal con los cambios continuos de nombres y akas, consigue retratar de una forma contundente al tiempo que delicada la vida cotidiana en Los Colorines. La presencia de las aulas de Comunicación Audiovisual en Badajoz está propiciando una cantera de creadores que cuando pasen los años se estudiarán como fenómeno vital para entender la progresión de la cultura hip hop en Extremadura. El salto cualitativo ha sido bestial.

El resultado de Tras de mí es de una hermosura que desarma. Pocas veces se encuentra tanta belleza en la cara amarga de la vida. De la vida (neo) real, por cierto.

Poco nos importa si lo que propone Brosdol en este trabajo es rap o trap o canciones de campamento de verano, o si el autotune es apropiado o no. La suma final está preñada de poesía desnuda, sin concesiones, de falsa ingenuidad neorrealista y que nos vuelve a evocar las imágenes de Pasolini y los claroscuros de Caravaggio.

La presencia permanente de la infancia como símbolo de futuro que encandila y embelesa a la cámara con su naturalidad de origen aparca a un lado el estigma del barrio, y nos reconduce a evitar prejuicios imbéciles.

Tras de mí es algo más que una mirada a la marginalidad. Es un intento de crear un imaginario de lírica deslumbrante. Lo dicho, poesía visual en Los Colorines.

La voz del gran Porrina de Badajoz cierra estos minutos desbordantes de pasión contenida.

¿Lo mejor del año a este lado del Oeste? No lo dudes. Aquí lo tenemos claro. Muy claro. Vendiendo frenesí.



[Tube]




[Antecedentes]

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By Corredores de Ideas. Oeste. Agosto. Ocho. 2016.


• • • Especial Brosdol / LHÓ

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