Collages y presentación de Corredores de Ideas y Juan Sánchez



Hubo alguien que escribió un día:

Del salón en el ángulo oscuro, / de su dueña tal vez olvidada, / silenciosa y cubierta de polvo, / veíase el arpa.

Hubo otro alguien que pensó una noche:

De la sala en un rincón oscuro, con un altavoz y un trípode rompiendo la perspectiva y la armonía, juguetonas y amenazadoras apenas veíanse las Camándulas.

Resulta sorprendente que las piezas más deslumbrantes de la exposición, y no es amor de madre, bueno sí, un poco, estuvieran arrinconadas ante la cacharrería para un sonido, que, al igual que en la noche de lunes de 2015, era manifiestamente mejorable.

Un año más volvíamos a Santa María, junto a la Plaza Alta, al museo de la ciudad, a la espera de que por fin vuelva a la vida la vecina Santa Catalina, y podamos ver en sus naves las obras ganadoras de estos premios.

Ya en la edición de 2015 el munícipe expresó su deseo de cambiar el lugar de esta exposición. Y como en 2015, la noche de martes, durante la ceremonia, los niños del barrio trasteaban por las esquinas de la plaza, jugando a la pelota, rasgando una guitarra, acercándose a las puertas de la sala para incordiar un poco al vigilante. Retratos en vida del viejo Badajoz que se resiste a desaparecer.

La Casa del Gobernador estaba muy cerca de las Camándulas. La fotografía de Lorenzo López ha sido la ganadora del premio en esta edición. ¡Y cómo nos alegramos!

Por él, porque se lo merece, y por el Forte de Graça, la joya elvense que te deslumbra por cada rincón por el que transitas en esa sobrecogedora inmensidad.

Y como ya decíamos hace justo un año, así, con el cercano eco de un chaval del barrio en cante flamenco en la otra punta de la plaza, por donde salen los coches del parking escondido, con unos y con otros, pasó la velada de inauguración. Y pasó como suele ocurrir: que si el cabreo porque no he ganado, que si el rebote porque las bases no estaban claras, que si vámonos a las Casas Consistoriales que quiero sentirme en la Plaza Alta, que cuánto tiempo hace que no nos vemos y que en una noche de martes las casas colorás parece que esperan el fin de semana, y el rebullicio y las cámaras de fotos para inmortalizar el encanto de este lugar tan sublime que entre todos hemos rescatado del tiempo y de la desidia.

P.D. De los otros ganadores, ya si eso, hablaremos otro día. Como decía el poeta romántico del arpa cubierta de polvo, el dueño de las Camándulas y el del Forte de Graça dejaron, por un rato, abandonados sus excelentes trabajos, y nos fuimos a dar buena cuenta de las brochetas de pollo. A ver si para el año que viene podemos cruzar la plaza y ver sus obras en Santa Catalina, porque será señal de que ellos siguen en la brecha y de que ese espacio mágico ha recobrado la vida después de ser un triste almacén de cervezas y refrescos de cola.

[La Galería]






By Corredores de Ideas. Oeste. Noviembre. Quince. 2016.


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