Un reportaje de Cantarrana



[01]
Teníamos dos opciones. O centrarnos en La Bien Querida con su aire de intimidad escénica, o adentrarnos en la cultura de club de electrónica que proponía Fônal.

Fuera del recinto amenazaba lluvia. Había fútbol a la misma hora. Y hemos de suponer que a los indies les va eso del balompié. Luego irán a los festivales de verano a seguir los conciertos de La Bien Querida con banda, porque ayer ni estuvieron ni se les esperó.

David Rodríguez Ponce y Ana Fernández-Villaverde llegaban a la ciudad para presentar Fuego, su último trabajo. Al de Hornachos ya hace un tiempo que le seguimos de cerca. Con Fernández-Villaverde nos apuntamos a la fidelidad cuando nos encandiló con el clip de Muero de Amor y con ese talante tan crepuscular y tan tristón.

Así que, como la cosa iba de poco público, de crear ambientes íntimos y de guitarras acústicas, pensamos que, a lo mejor, las proyecciones de Fônal le otorgarían un juego de espejos multicolor al escenario.

Nos consta que Julián hizo todo lo bueno que pudo. El sonido de los cacereños no fue el mejor. Las proyecciones fallaron en alguna ocasión.

[02]
Pero en el fondo nos daba un poco igual. A Fônal les seguimos desde los principios de los tiempos. Y siempre hemos echado en falta esos ecos de club danzarín en sus actuaciones.

Llenaron el escenario de un teatro de secuencias visuales propias de una pista de baile. De siluetas en sombra que nos recordaban a los bailes setenteros con cierto poso de soul y psicodelia. De melenas a lo afro, de discos de Fundador, ¿recuerdas?, de la Tamla Motown y de las noches oscuras de Detroit.

Así que tanto nos embrujó, que por momentos dejamos de ver las caras de los protagonistas, y tan sólo fueron sombras y formas de guitarra y panderetas, y así captamos su esencia. Y así nos quedamos con ella. Con sus juegos de espejos invisibles. Y por estas cosas nos gusta Fônal, y por ello les seguimos.

Y nos dejamos atrapar en su trama.

[El Reportaje]




[Morir de Amor en la radio]



• • • Especial Fônal

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Oeste. Abril. Veintidós. 2018