By Corredores de Ideas



¿Quedarse en Portalegre? ¿Acercarse al Museo Vostell? ¿No perder la costumbre de ir a los Chocalhos de Alpedrinha como acto de devoción? ¿Ver en Cáceres a un montón de bandas extremeñas? ¿Viajar a Plasencia para escuchar a Blue Chicken? ¿O lo mejor de todo es dejarse la cresta para ir a Lisboa a escuchar a Morte Psíquica, a grande arma secreta do Festival Post-Punk Strikes Again?

Después de un verano con un calor asquerosamente insoportable en estas hermosas tierras del Oeste, se agradece el “así que llegue septiembre”. Bendito otoño que nos den, con sus árboles desnudándose en ramas y las lluvias intermitentes. Se acabó la pesadilla. Se acabó el temor a los fuegos provocados por mercenarios y analfabetos.

Vuelve el bullicio y la algarabía. Y vuelve el agua a los arroyos como retornan las guitarras y las baterías a los escenarios, a los grandes y a los pequeños estaribeles de los bares. Sabio otoño del Oeste. Benditas cábalas de septiembre.

Y después de la resaca de la Noche en Blanco y las celebraciones patrias, se otea un fin de semana bañado de música de todos los pelajes. Bombos y cencerros, vanguardias, rock de toda la vida, viejas glorias venidas a menos, crestas oscuras y músicos autosuficientes.

Afortunadamente, por unos días, nos hemos librado de orquestas disfrazadas de tributos y covers a tutiplén. A ver si dura mucho.

Echamos en falta, eso sí, alguna cita hiphopera.


[En Alpedrinha]


[En Cáceres]


[En Portalegre]


[En Plasencia]


[En Lisboa]


[En Malpartida]



[Los nombres y las músicas]




[Escuadras de Septiembre]

By Corredores de Ideas. Oeste. Septiembre. Catorce. 2016.